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28 de agosto de 2025Bogotá, agosto de 2025. La educación y el trabajo remoto han dado un nuevo salto tecnológico. El metaverso, una de las innovaciones digitales más discutidas de los últimos años, ya no es solo un concepto futurista, sino una realidad que está remodelando la manera en que aprendemos y colaboramos.
En universidades, colegios y empresas de todo el mundo, las aulas físicas y las oficinas tradicionales están siendo reemplazadas por espacios virtuales inmersivos que permiten a estudiantes y trabajadores interactuar en tiempo real a través de avatares.
Este fenómeno abre un abanico de oportunidades, pero también plantea retos significativos en términos de acceso, costos y adaptación cultural.
Educación inmersiva: aulas sin fronteras
En las aulas del metaverso, un estudiante en una zona rural puede compartir clase con compañeros de otros países, recorrer una simulación de la antigua Roma o participar en un laboratorio de química virtual sin necesidad de costosos equipos físicos.
Beneficios en la educación
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Aprendizaje experiencial: los alumnos ya no solo leen o escuchan, ahora viven las experiencias en 3D.
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Inclusión global: permite que estudiantes de distintos países compartan el mismo espacio virtual.
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Acceso a recursos ilimitados: museos, bibliotecas y escenarios históricos están al alcance de un clic.
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Motivación y participación: el aprendizaje inmersivo aumenta la retención y el interés de los jóvenes.
Ejemplo real
En Colombia, varias universidades ya experimentan con aulas virtuales en el metaverso para carreras de ingeniería y medicina. Estudiantes de medicina han simulado cirugías en entornos digitales, mientras que ingenieros realizan prácticas de campo en escenarios virtuales con réplicas de infraestructuras reales.
El trabajo remoto se reinventa
Si en 2020 el teletrabajo fue la gran revolución, en 2025 el metaverso ha elevado la experiencia. Las reuniones por videollamada han sido reemplazadas por oficinas virtuales, donde cada empleado interactúa como un avatar en un espacio digital compartido.
Beneficios para las empresas
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Colaboración más natural: los avatares permiten gestos, movimientos y contacto visual virtual.
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Reducción de costos: menos inversión en oficinas físicas y viajes de negocios.
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Cultura empresarial fortalecida: los espacios virtuales permiten eventos, capacitaciones y reuniones que se sienten “presenciales”.
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Acceso a talento global: empresas contratan personal sin importar su ubicación geográfica.
Ejemplo real
Multinacionales tecnológicas en Estados Unidos y Europa ya realizan juntas directivas en entornos de metaverso. Startups en América Latina aprovechan para reclutar talento de distintos países, integrándolo en un mismo espacio digital.
Retos del metaverso en educación y trabajo
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Brecha digital: no todos los estudiantes o trabajadores tienen acceso a gafas de realidad virtual o a internet de alta velocidad.
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Costos iniciales: aunque cada vez más asequibles, los dispositivos VR siguen siendo un obstáculo en países en desarrollo.
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Adaptación cultural: no todos los docentes y empleados se sienten cómodos trabajando con avatares.
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Salud y ergonomía: el uso prolongado de gafas VR puede generar fatiga visual y física.
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Ciberseguridad: los datos y las interacciones en entornos virtuales deben estar protegidos para evitar fraudes o suplantaciones.
Impacto en América Latina
En la región, la implementación del metaverso se ha convertido en un desafío y una oportunidad. Países como México, Brasil y Colombia están probando proyectos piloto en educación rural, utilizando el metaverso como herramienta para cerrar la brecha digital.
En el ámbito laboral, empresas de outsourcing han encontrado en los espacios virtuales una alternativa para ofrecer servicios globales sin necesidad de oficinas físicas, reduciendo costos operativos y aumentando competitividad.
Perspectivas a futuro
Expertos coinciden en que el metaverso no reemplazará totalmente a las aulas físicas ni a las oficinas, pero sí se convertirá en un complemento esencial. En educación, coexistirá con la enseñanza presencial; en el trabajo, será parte del modelo híbrido.
Lo que sí es seguro es que el metaverso marcará la próxima década como lo hicieron las videollamadas en 2020 o las redes sociales en 2010.